Por desgracia, nos estamos familiarizado demasiado en estos últimos meses con términos como virus, pandemia o plaga. El virus del COVID-19 nos ha colocado frente a una pandemia mundial que ha mostrado la fragilidad de nuestro recortado sistema sanitario y la necesidad de luchar por un verdadero Sistema Público de Salud, con mayor inversión y dotación de recursos materiales y personales.
Pero escribo estas líneas para hablaros de otro virus que anda suelto por nuestro pueblo. Otro virus que puede resultar igual de letal y peligroso que el dichoso coronavirus: el virus del fascismo. Desde hace más de un año estamos asistiendo a una situación que no se había vivido en nuestro pueblo en las últimas décadas, se está llevando a cabo una estrategia planificada por parte de los elementos más reaccionarios y retrógrados de San Juan, de una extrema derecha (compartida por varias siglas y grupos) que intenta extender su mensaje de odio, crispación, provocación y mentiras a nuestras calles y entre nuestros vecinos y vecinas.
Los primeros episodios se vivieron en redes sociales con campañas orquestadas de insultos, acoso y difamación hacia militantes de izquierda, cargos públicos y activistas sociales. Campañas que fueron aprovechadas por oportunistas (falsamente autodenominados de izquierdas) para extender su bilis y sus odios personales. Participaron del juego con su demagogia, su oportunismo y su sectarismo, ayudando a propagar este virus que ahora percibimos como un grave peligro para nuestra convivencia. Dejaron a un lado la discrepancia y la crítica constructiva para usar la infamia y el insulto. Después, que no se escandalicen ante su propia irresponsabilidad e ineptitud.
A partir de esa primera ofensiva, la estrategia toma impulso y se amplifica: tres ataques en el último año a monumentos memorialistas de San Juan, denuncias falsas a miembros de organizaciones de izquierda, propagación de bulos y fake news, agresiones a activistas sociales, criminalización de ONG que llevan años trabajando por la solidaridad y contra la exclusión social en nuestro pueblo, etc. Demasiados hechos para ser fruto de la casualidad. Porque no es casualidad, es causalidad. Y, por desgracia, me temo que esta tónica seguirá los próximos años, si no somos capaces de ponerle remedio, señalar a los responsables y aplicarles un cordón sanitario entre todos los demócratas. Si no hacemos nada, seremos cómplices de lo que ocurra. En San Juan está sucediendo, a escala local, lo que vemos que está sucediendo en todo el Estado, una guerra sucia total (que incluye hasta el lawfare o guerra jurídica) por parte de una extrema derecha y una derecha extrema (tanto monta, monta tanto) que no tienen más programa ni discurso que el odio, la intolerancia, la crispación y el fanatismo.

Esta estrategia oculta intereses particulares que sólo buscan convertir a San Juan de Aznalfarache en un pueblo insolidario, cerrado, inmovilista y excluyente, convertirlo en el cortijo privado de los que añoran los tiempos oscuros de la dictadura franquista, o utilizarlo para sus espurios intereses partidistas. Algunos tienen incluso lazos familiares con mandamases en nuestro pueblo en aquella época en la que se encarcelaba o se pegaba a vecinos y vecinas por pedir libertad o mejores condiciones de vida y de trabajo. Esos son los tiempos que añoran y reivindican. Esa es su única propuesta política. Que no nos engañen, no quieren un pueblo mejor, sólo quieren un pueblo para ellos y para sus oscuros beneficios particulares.
Frente a este virus, la sociedad civil sanjuanera debe reaccionar. La vacuna frente al virus del fascismo debemos fabricarla todos juntos. Solamente juntas podremos doblar la curva del fascismo en nuestras calles, y derrotarlo. Reclamando más derechos sociales y laborales. Defendiendo los servicios públicos como los mejores garantes de la igualdad y la justicia social. Luchando contra el racismo, la xenofobia o la homofobia. Organizándonos, construyendo y apoyando redes de solidaridad popular, impulsando lugares de participación colectiva y de apoyo mutuo.
Y las organizaciones de izquierda alternativa tenemos también una tarea impostergable; estrechar lazos, reforzar espacios de confluencia, alejarnos de sectarismos, dogmatismos y egos para, manteniendo nuestras identidades y matices, enfrentar de forma fraterna, en pie de igualdad, los desafíos y tareas que tenemos por delante. La izquierda que no sea consciente de que nuestro mayor adversario en la actualidad es el fascismo es una izquierda sin utilidad para nuestros vecinos y vecinas. Nuestro pueblo no necesita políticos que lo único que hagan sea pavonearse por las redes sociales buscando el aplauso fácil. Nuestro pueblo no necesita políticos que lancen eslóganes vacíos desde la pureza de sus torres de marfil. Nuestro pueblo necesita políticos que sean conscientes del reto que tenemos por delante, que sepan dialogar, consensuar y pringarse buscando lo que nos une y no lo que nos separa. En la tarea de derrotar al fascismo, y construir un San Juan mejor me tendrán siempre.
San Juan, un pueblo de todos y todas para todos y todas.
Joaquín Díaz Cáceres,
Coordinador Asamblea Local Izquierda Unida San Juan de Aznalfarache
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